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Mostrando las entradas de noviembre, 2006
26 de Noviembre Bar de metaleros con el Profe, Jhonny y dos golfas sacadas del bar de Charly. Me da risa lo sórdido de la situación, nadie lo creería. Antes de los años noventa los discos que se reeditaban en Mexico traducían los nombres de las canciones al español. Los viejos del bar (¡Porkys!) gritan sus peticiones: “¡Creo que estoy paranoico!”, “¡Rompiendo la ley!”. El efecto es muy cómico. Hombres de cuarenta y tantos, cincuenta, con cabello largo y calvas y chaquetas de cuero. El conjunto tocando es igual a lo descrito. Es un bar para viejos que no encajan en los otros bares para viejos. La güera (no recuerdo su nombre) mueve el culo sobre la mesa con la canción de Judas Priest. Quisiera no estar, simplemente no estar, no en el lugar: en ningún lado. Un viejo vomita enseguida de mí, su chaqueta de cuero tiene grasa de automóvil o algo así embarrada por todos lados. Dos viejos parecidos, gordos y calvos, lo sacan del bar. Todo es de color negro y triste. Hablo con Mariana en la noc
24 de noviembre Me tiene harto chihuahua… y sòlo llevo diez días aquí. Admito que leer Lawless roads de Graham Greene me esta predisponiendo, pero no puedo evitarlo. Chihuahua es lo peor de ambos mundos: el mal gusto gringo y el mal gusto mexicano, la visión mexicana estatolatra de la cultura y las pretensiones vanguardistas de una pequeña ciudad gringa (¿a quien mierdas le sirve una galería de arte conceptual en una ciudad del tamaño de mi culo, con el cosmopolitismo del pelo de uno de mis huevos). Chihuahua tiene el mercantilismo asqueroso e inhumano del calvinismo y la doble moral mojigata del católico adinerado. Es un puto estado de panistas, que más se puede decir (aunque la mitad vote por el PRI, en el norte es todo lo mismo). Extraño una conversación interesante, no es mucho lo que pido. Pero es imposible tenerla por acá. Interesante no quiere decir nada más que eso: interesante. Algo que me entretenga, que me haga pensar y sonreir y apasionarme, como cuando hablamos de literatu

John Cheever; Diarios

" Cuando la autodestrucción entra en el corazón, al principio parece apenas un grano de arena. Es como una jaqueca, una indigestión leve, un dedo infectado; pero pierdes el de las 8:20 y llegas tarde para solicitar un aumento del crédito. El viejo amigo con quien vas a comer de repente agota tu paciencia y para mostrarte amable te tomas tres copas, pero el día ya ha perdido forma, sentido y significado. Para recuperar cierta intencionalidad y belleza bebes demasiado en las reuniones, te propasas con la mujer de otro y acabas por cometer una tontería obscena y a la mañana siguiente desearías estar muerto. Pero cuando tratas de repasar el camino que te ha conducido a este abismo, sólo encuentras el grano de arena"

22 de noviembre

22 de noviembre Me tiembla la mano de la emoción así que me meto quince clonazepanes de un jalón. Justo en el momento en que pasan por la garganta me doy cuenta de que cometí une error, así que intento remediarlo como puedo. Me bebo dos caguamas y dos Redbull pero para entonces ya estoy en trance hipnótico. El efecto me dura tres días y no lo dejo morir. Fumo marihuana para intentar hacer explotar lo clones otra vez. Juan Carlos se llama el amigo de Maribel. Cocina suhsi y pulpo en salsa de algo. Es delicioso, aunque claro, no es Iwao Komiyama. Su cuarto por si mismo parece un antro gay,. Lleno de cadenas de colores y lucecitas rojas. Quiero quedarme toda la noche, pero recuerdo que soy el único drogado. Nadie está tan contento como yo. Amanezco vivo y un poco decepcionado por eso. Me duele la cabeza y debo tener los riñones deshechos. La autodestruccion ¿la autodestruccion? Nadie sabe como comienza, lo dice Cheever de pronto perdemos el autobús de las 8:30 y cuando menos nos damos cu
10 de noviembre Soy un imbecil. El nueve me encuentro a Daniel Terrones afuera de una farmacia cerca de mi casa. A terrones nunca le pasa el tiempo, me digo. Se ve como siempre, con unas arrugas extras (y muy tristes) alrededor de los ojos. Voy a ver una película con Marcela el mismo día y por un segundo me permito ser feliz. Ultima función. Le hablo a Mariana para que le avise a su hermana que no podré estar la noche del 17 en el evento en la noche literaria de la escuela (o bohemia, o lo que sea, que más da, no podré ir). Mientras estoy en el teléfono me doy cuenta que he perdido el morral donde traía el libro que tenía que reseñar. Soy un imbecil. Soy un imbecil. También iban mis llaves y el libro de Daniel. Merezco morir. No puedo permitirme un segundo de alegría por que algo en mi ser, previsoramente, ya lo saboteó de antemano. El diez voy con Elsa a pasear por ahí. Comemos un Sándwich en Starbucks y me entrega un par de regalos, uno para Daniel, otro para mi. Sonríe. Se ve hermo
7 de noviembre - día telefónico Me despierto con resaca y muy triste. Lloro sin saber por qué. Le echo la culpa al alcohol y a mi organismo. Más tarde hablo por teléfono con mi madre. Esa mujer me pone nervioso, nunca he sabido tratarla. Voy con MS y me alegró el día un poco intentando planear HC que ahora resulta ser una “revista famosa”. Me comprometo a realizar una reseña, el libro no es malo, pero tengo que hacerlo en dos o tres días y aun no comienzo a leerlo. Mi hermanastra me llama y quedo con ella para ir al cine mañana miércoles. Tengo un agujero negro en el alma. Cada vez que me siento solo comienzo a flaquear. Tengo arañazos en los brazos de nuevo. Llama Alexandra a media tarde, hacemos bromas sobre niños con cáncer. Me gusta su risa. Llamo a mi padre, le pido dinero porque no puedo acceder a él desde que me robaron la cartera. Que lo deposite a la cuenta de Daniel. Daniel y yo vamos a comprar mandado. El frió es terrible. El frió está espeso y húmedo y me comienzan a dole
Alguien está intentando entrar a mi cuenta de correo electronico en este momento. Es divertido saberlo en tiempo real, pinche gente sin oficio. Son las 21:35, nomas para el registro.

A quìen no le ha pasado

La cuatro y media quédate a dormir Está lloviendo donde vas a ir. Si ya no queda un sitio abierto en esta ciudad Anda sécate el pelo que te vas a enfriar. Ya se que no me amas, ni yo a ti Para que me lo vas a repetir Las palabras no son mas que un obscuro antifaz. una manera de disimular tu ansiedad Deja el abrigo y ven Hay sitio para los dos, Y nada va a pasar Que no queramos tu y yo. Miles de... pero... bueno, eso es top, top, top, top, top, top... ¿Policarpo, qué te pasa?
3 de noviembre Me pongo una minifalda negra, una peluca rosa, unas mallas moradas y nos vamos a ver a La Casa Usher. Parezco una twisted sister que perdió diez kilos por culpa de las drogas. Eso o un travestido de un video de Gloria Trevi. La noche es larga y aburrida, nos quedamos sin cigarrillos y sin dinero. Alguien me chingó la cartera a la entrada del bar. Unos tipos tocan un J-rock bastante malo y horrible, dice Alfredo que se creen caballeros del zodiaco. Al final, cuando La Casa Usher canta Bonnie & Clyde, me digo que valió la pena cada segundo de tortura audiovisual. A las cinco de la mañana Mariana y yo comentamos a Lermontov, sonrío al recordarlo. 4 de noviembre Mi celular está descompuesto desde hace varios días y me castra mucho la situación, prende y apaga a su voluntad. Esperaba una llamada importante el jueves y mi celular al carajo, gracias. Después de pagar la renta y los servicios me quedan cincuenta pesos. En la cartera iba mi credencial de elector, mi tarjeta d