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Mostrando las entradas de abril, 2016
Alguna vez hace unos años, aprovechando una dirección de correo electrónico que mantengo desde la adolescencia (el clásico azazel666@yahoo o algo así) intenté hacerme una cuenta falsa de Facebook con fines non sanctos. Después de llenar los primeros campos con nombre falso, fecha de nacimiento falsa y todo eso, Facebook me pedía tantas cosas que simplemente me asusté, o mejor dicho, me dio una hueva inmensa pensar en llenar todo eso y lo dejé a la mierda. ¿Se imaginan todo es e trabajo? Fotografías varias, comentarios, compartir estados, mandar invitaciones, aceptar invitaciones, tener intereses, gustos musicales, libros, tener odios, tener afectos…. Agh. ¿De dónde sacarán energía esos escritores que tienen seis o siete cuentas diferentes para promocionar sus propios libros? Para colmo, todo en Facebook es eterno, la necesidad de Zuckerberg de congelarnos a todos por los siglos es horrible. Así que aunque la cuenta falsa la cancelé prácticamente al día siguiente de crearla, todavía, tí
Retomo este blog, a pesar de la vergüenza que me causa mi pasado. Tampoco pienso borrarlo. Tampoco puedo borrarlo. ------------------------------------------------------------------------------------- Intento terminar una pequeña novela en un tiempo record, no creo lograrlo. Me parece que tiene problemas de estructura. Más que una novela, con personajes y todo, parece una sola voz, un chorro de voz. Trata sobre Gilberto Ortega, el asesino serial que vivía a una cuadra de mi casa, cuando yo era niño. Le decían matagatos, porque atrapaba y torturaba hasta la muerte los gatos callejeros del barrio. Este tipo había sido militar a principio de los 90, lo mandaron a chiapas a sofocar a los zapatistas. Luego fue policía y le tocó ver algunas ejecuciones muy cruentas, cuando el cartel de Juárez. Lo abusaron de pequeño varias personas, etc, etc. ----Casi como si el mismo país lo hubiera fabricado para ser un asesino.  Luego, con lo de los gatos, ningún vecino hizo nada y se hicieron todo