"La medalla de hacer más de lo posible"
En tercer año de primaria arrojé mi cuaderno por la ventana y abandoné el salón de clases cansado de que la maestra en un discurso insistiera en compararme con una manzana podrida -sólo mucho tiempo después comprendí que hay que ser una orate para hablarle así a un niño En sexto me escapaba de clases para besarme con otros niños en los baños de los supermercados del centro y después desconocerlos y llamarlos maricones En segundo de secundaria un día agobiado quién sabe por qué secreta congoja dejé de asistir a la escuela durante seis meses seis meses fingiendo con el uniforme y el libro en la mano el inicio de una absurda vida secreta que siempre habría de acompañarme: delirante maniaco mitómano enamorado de su propia tristeza alcohólico solipsista ...Dios mío qué vergüenza A los 15 años creí haber perdido la virginidad con una muchacha de bozo claro y ojos negros y digo creer porque ¿quién decide estas cosas? ¿Quién pued