"Ven para que te saque los intestinos y me los ponga de aretes"

Muy adolorido de una infección estomacal
que decidí ignorar durante días
de alcohol drogas y autoindulgencia
hoy desperté pensando en la muerte
esta vieja amiga e inquilina
ubicua como los santos de la Edad Media
instalada en mi vientre y mi cabeza
--


Update:
presa de un dolor del tamaño del mundo
aunque más bien egoista y nada crístico
(su tamaño es una comparación no una metáfora)
he terminado en la sección de urgencias
del llamado Sanatorio Durango


Una ridícula piedra de 12 milímetros
pasea contenta por mi cuerpo
negándose a salir


Me quedan acaso un par de satisfacciones:
por ejemplo la conciencia de tener la razón
y de que si algo he logrado explicar en tantos versos
es que la muerte la inquilina
es más o menos del tamaño de una semilla
instalada en el vientre y la cabeza
(el dolor me obliga en este momento
a escribir con gran placer reiteraciones)

y la otra que no importa mi pasado inmediato
este dolor insoportable vendría a encontrarme en donde fuera
como vienen siempre las cosas que duelen
acechando en las esquinas de nuestras actos fallidos
en el rabillo del ojo de las madrugadas felices
logrando con engaños que culpemos del mal a nuestros deseos más personales
y a todo aquello que nos parece hermoso y pasajero
y que nos ayuda a soportar la vida


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